Dije en uno de los posts anteriores que no descartaba algún día nivelar a mi banquera, Drucha. Dicho y hecho, el fin de semana pasado Drucha dejó el mundo del comercio y las finanzas para comenzar su carrera como sacerdotisa. Fue reemplazada en sus funciones por Harmione, otra sacerdotisa blood elf, que tal como Drucha, tendrá su centro de operaciones en Silvermoon City.
En estos momentos, Drucha está en nivel 12, y ha podido conocer gran parte de Eversong Woods, así como la historia de su pueblo y los problemas que lo aquejan en la actualidad. De hecho, Drucha ya tiene su página en la Armory.
A continuación expongo algunos puntos que me han llamado la atención de jugar esta nueva clase:
- Antes que nada, es muy refrescante jugar una nueva clase desde cero. Por favor consideren que llevo más de ocho meses jugando un único personaje, Zico,y poder mirar a una hermosa elfa de sangre correr bajo los arboles otoñales de Eversong Woods, en vez del execrable Zico y sus esbirros infernales, chapoteando en las aguas verdosas de Undercity, es un cambio bienvenido, al menos en nombre de la variedad.
- Tal como lo señaló Matticus en la guía para nivelar sacerdotes que está en Wow Insider, la barra de maná de un sacerdote debe considerarse como una extensión de su barra de salud. En este punto, vale la pena resaltar que ese concepto es exactamente el opuesto a aquel que caracteriza a un warlock, ya que a través de Life Tap, su barra de salud es una continuación de su barra de maná. Osea, de la misma forma que un warlock convierte salud en maná para seguir su frenética obsesión por causar daño y dolor, un sacerdote transofrma su maná en salud, lo que le permite aumentar su propia supervivencia, o de sus compañeros. Esta diferencia es fundamental, y ha hecho que jugar a Drucha sea algo muy novedoso e interesante, ya que cambia totalmente el enfoque bajo el cual he estado jugando por todos estos meses de WoW.
- Al momento de pelear y matar mobs, la táctica que mejor me ha dado resultados ha sido el abrir con un par hechizos que generen buen daño, y luego simplemente disparar la varita hasta que el enemigo muera, ya que de esta forma, a pesar de provocar que la pelea dure más tiempo (lo que significa recibir más daño), puedo conservar maná para poder mantener activo Power Word: Shield, y curarme en caso de ser necesario. De esta forma, mi rotación al momento de pelear es la siguiente:
1) Me pongo a máximo alcance del objetivo y abro con Smite, ya que tiene un tiempo de lanzamiento relativamente largo;
2) Power Word: Shield, para absorber daño y evitar la interrupción de hechizos;
3) Mind Blast, que tiene un tiempo de lanzamiento inferior a Smite, produce más daño, pero tiene un costo de maná levemente superior. En todo caso acá podría también lanzar nuevamente Smite;
4) Varita hasta que el objetivo muera.
En caso que el objetivo tenga más salud que lo normal, o genere mucho daño, puedo lanzar Shadow Word: Pain antes que Mind Blast, que es un DoT de lanzamiento instantaneo, que produce un daño razonable durante 18 segundos, pero con un costo de maná alto (de 25% del maná base).
La idea es tener siempre disponible maná para lanzar Lesser Heal (tiempo de lanzamiento elevado, con mucha sanación pero con altísimo costo de maná) o Renew (hechizo instantaneo, que cura relativamente poca salud durante 15 segundos, pero con un bajo costo de maná).
- Finalmente, a pesar de que en un inicio, jugando con mi warlock, despreciaba en general las quests o instancias que tuvieran que ver con elfos y su rebuscada arquitectura, me he visto inmerso en las desventuras de los elfos de sangre (o sin'dorei).
En resumen, he disfrutado nivelar a Drucha y aprender la mecánica de una nueva clase. Espero empezar pronto a jugar instancias como healer y ver como es estar en el campo de batalla preocupado de otra cosa que no sea generar DPS.
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